viernes, 3 de octubre de 2014

Primero la depresión o el hipotiroidsmo?...

Llevo tres años viviendo en la ciudad de Cali con una señora muy querida que me abrió las puertas de su casa y de su corazón, a ella la considero como una tía-abuela. Ella ha tenido que pasar por muchas situaciones complicadas: la muerte de su madre, la de su hermana y la de su pareja sentimental, vivía sola en su apartamento situado en un lugar de estrato 5 y sólo la mantiene su pequeña pensión. La he visto hacer maravillas con su dinero al tratar cubrir todos sus gastos y esto le ha venido ocasionado un gran estrés que asociado a sus comorbilidades como lo son la HTA y el Hipotiroidismo hacen que esté baja de ánimo. Ésta semana, también vi en la consulta en Comfandi Morichal una paciente con hipotiroidismo y trastorno depresivo.

Desde la primera vez que estudié hipotiroidismo, leía que es una de las enfermedades que puede causar depresión concomitante, pero nunca me percaté de que el ánimo bajo con el que mantiene la señora con la que vivo podría estar asociado a su enfermedad endocrinológica. En esta entrada les contaré un poco de la relación que tiene el hipotiroidismo con la depresión.

Resulta que los pacientes depresivos tienen con mayor frecuencia hipotiroidismo y los pacientes con hipotiroidismo tienen una mayor incidencia de síndrome depresivo.

Los mecanismos por los cuales la disfunción tiroidea produce sintomatología psiquiátrica no están claramente establecidos; sin embargo, existen algunas teorías para su explicación:
·         Reducción de la actividad de la hormona tiroidea podría resultar en:
o   Disminución de la actividad de receptores beta-adrenérgicos postsinápticos, lo que llevaría a una disminución en la transmisión de catecolaminas.
o   Reducción de la actividad de la serotonina.
o   Alteraciones en el flujo sanguíneo y el metabolismo de la glucosa en el cerebro.
·         Anticuerpos contra la Peroxidasa tiroidea han sido asociados positivamente con marcadores de rasgos de depresión.
·         Las variantes genéticas de los transportadores de hormona tiroidea o de deiodinasas I y II pueden predisponer a la depresión.
·         La homeostasis de la glucosa y la pérdida rápida de peso se han asociado a las hormonas de la tiroides y aumento de los síntomas depresivos.
·         Los pacientes con depresión pueden tener anormalidades estructurales del hipocampo que pueden afectar al rendimiento de la memoria.



El hipotiroidismo resulta de una inadecuada producción de hormona tiroidea, y su prevalencia es aproximadamente del 2% en mujeres y menos del 0,01% en hombres. Existe diferentes tipos:

·         Hipotiroidismo primario: la alteración está ubicada en la glándula tiroides.
·         Hipotiroidismo secundario: se produce por un déficit de producción de TSH en la hipófisis.
·         Hipotiroidismo terciario: déficit en la producción de TRH.


Según el grado de gravedad se clasifican en:
- Grado I: hipotiroidismo clínico, TSH aumentada y hormonas tiroideas levemente disminuidas.
- Grado II: se considera hipotiroidismo subclínico, se encuentra las hormonas tiroideas normales, con TSH aumentada.
- Grado III: también se considera hipotiroidismo subclínico, las hormonas tiroideas y TSH normales, pero la TSH se incrementa al realizar el test de estimulación con TRH.


La sintomatología depresiva es variable, depende de la susceptibilidad y el grado, pero no siempre, de la insuficiencia de la tiroides. Existen síntomas que se presentan tanto en depresión como en hipotiroidismo, como son bajo ánimo, letargo, ganancia de peso, hipersomnia, disminución en la concentración y alteraciones en la memoria, así como disminución de la libido e ideas suicidas. Sin embargo, existen signos y síntomas que sirven para diferenciar estas dos entidades: piel seca, intolerancia al frío, cabello escaso y quebradizo y mixedema que se presentan sólo en el hipotiroidismo.

En cuanto al tratamiento, en el hipotiroidismo debe usarse tiroxina en dosis suficientes para normalizar los niveles de TSH. Sin embargo, en pacientes con depresión se recomienda asociar tiroxina con triyodotironina (T3), ya que se ha evidenciado efecto de T3 en el SNC. Aunque éste tramiento con tiroxina en pacientes mayores de 65 años no mejora la cognición. En contraste, la administración de T3 es la terapia de elección en pacientes con resistencia a los fármacos antidepresivos, y especialmente a ISRS. 

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