Cuando
era más pequeña pensaba que las estrellas de cine y televisión lo tenían todo
en la vida: belleza, dinero, salud y lo que quisieran, pero finalmente entendí
que ellos son seres humanos, así que
también se enferman. Esperando en el salón de belleza me entretuve viendo una
revista de farándula y me sorprendí al ver una sesión que hablaba de los trastornos
mentales padecidos por algunos
famosos. En esta entrada les hablaré del
trastorno afectivo bipolar, el que padecen celebridades como Catherine Zeta
Jones, Mel Gibson y Britney Spears.
Este
trastorno se caracteriza por la existencia de una alteración en los mecanismos
cerebrales de regulación del ánimo. Es una enfermedad crónica que produce
deterioro funcional. La prevalencia, incluyendo los tipos I y II, oscila entre el
2 y el 4 % de la población. Esta enfermedad aparece con mayor frecuencia en la
adolescencia, interfiriendo con el desarrollo social y laboral de la persona
que lo padece.
Acerca
de su etiología se ha encontrado una predisposición genética asociada al gen
ANK3 en el cromosoma 10q21 así como asociación con múltiples factores ambientales. En esta patología hay
alteraciones a nivel neurobilógico (neurotransmisores) y neuroendocrino (ejes
hipotálamo-hipófisis-glándula, neuropéptidos y otras alteraciones
electrofisiológicas de membrana); pero también hay influencia de los factores ambientales (estresores
vitales y alteraciones del sueño).
En
la clasificación encontramos:
Trastorno
bipolar tipo I: Pacientes con
uno o mas episodios maníacos, y uno o mas episodios depresivos. Usualmente los
hombres tienen mas episodios maníacos y las mujeres mas episodios depresivos.
Trastorno
bipolar tipo II:
Paciente con uno o mas episodios depresivos,y al menos un episodio de hipomanía.
Afecta principalmente a las mujeres.
Ciclotimia:
implica la presencia o
historial de numerosos episodios de hipomanía intercalados con episodios depresivos que no cumplen criterios para ser una depresión mayor. En esta presentación el
estado de ánimo varía por lo menos 4 veces durante un año.
Trastorno
bipolar no especificado: con
este se indican las afecciones bipolares que no encajan en las otras categorías
diagnósticas.
Respecto
a las manifestaciones clínicas, en fases depresiva podemos encontrar: pérdida
del autoestima, falta de ánimo por realizar cosa que antes le agradaba hacer,
aislamiento social, sentimientos de desesperanza o minusvalía, sentimientos de
culpa, insomnio, problemas de concentración, entre otros. En fases maníaca tenemos una persona con ánimo exaltado, pensamiento acelerado, irritable,
siente menor necesidad de dormir, con delirios de grandeza, inquietud excesiva,
poco control del temperamento, entre otros.
Y, Cuando hablamos de hipomanía es
porque las manifestaciones son menores, se presentan con menor intensidad y el episodio puede durar menos que la manía.
El
diagnóstico es complejo ya que se basa en
las experiencias vividas por el paciente y en la información acerca de éstas,
reconocidas por sus familiares cercanos. Con estas manifestaciones deben
cumplirse los diferentes criterios.
El
tratamiento se basa en psicoeducación y farmacoterapia en la que se incluyen
estabilizadores anímicos como Litio y Ácido Valproico. Los antipsicóticos sólo
se usan en las crisis.
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