Megalomanía

La megalomanía es un estado psicopatológico caracterizado por delirios de grandeza, poder, riqueza u omnipotencia. A menudo el término se asocia a una obsesión compulsiva por tener el control. La palabra deriva de dos raíces griegas, megas (grande) y manía (obsesión). A veces es un síntoma de desórdenes psicológicos como el complejo de superioridad o la compulsión eufórica, donde el sujeto aquejado de esta perturbación tiende a ver situaciones que no existen o a imaginarlas de una forma tal que sólo él termina creyendo. Las puede emplear para manipular sentimientos y situaciones de cualquier tipo.

Es un mal estudiado por los especialistas desde tiempos muy remotos. Los ejemplos más comunes son de emperadores, monarcas, dictadores y de jefes de familia, entre otros. También se puede interpretar como un desmedido afán de notoriedad.

El megalómano:

1) Se ama a sí mismo visible y profundamente. Sin embargo, ese visible y “profundo” amor propio esconde en realidad el odio, ya inconsciente, que él siente contra su propio complejo de inferioridad.

2) Estudia y cuida su imagen, actitud y vestimenta (en cuanto logra ascender socialmente), para que correspondan a las de un ser “superior”.

3) Se siente investido de una “gran misión” frente al mundo.

4) Desarrolla extraordinarias capacidades de manipulación, pues TIENE que convencer sobre la autenticidad de su identidad y misión, para hacerlas creibles “ante el mundo que está predestinado a cambiar”.

5) En muchos casos logra desplegar su talento manipulador sobre gente que se agrupa en torno a él, haciéndose amar, admirar y logrando autentificar su “misión” en las mentes de éstos.

6) Según la amplitud de sus capacidades de manipulación, puede lograr convertirse en figura prominente, en líder político o en líder de secta, acumulando así adeptos, conquistas y bienes materiales que “justificarán” su “superioridad”.

Aquí les dejo las imágenes de algunos de los megalómanos de la historia...